CORAZONES REALES

Corazones reales es el apasionante y ambicioso proyecto personal de un hombre: James Brolin. El actor, famoso por sus papeles en Almas de metal o Capricornio Uno, entre otros muchos títulos, asume la dirección de este film para contarnos la curiosa historia no basada en hechos reales de Hank, al que también interpreta.

Hank es un tranquilo vaquero de Minesota. Vive feliz en un rancho rodeado por su ganado y cabalgando por las praderas, siempre acompañado de su perro. Un tipo sencillo que ocasionalmente ve perturbada su calma por las visitas de su hija Kelly, una profesora, demasiado lista para su gusto, obsesionada con la literatura de Jane Austen. Hank querría que Kelly lo ayudase en las tareas del rancho, que fuera un vaquero como él, pero ella está empeñada en ir a hacer un máster en Oxford. Cría cuervos…

Su tranquilidad se ve aún más perturbada cuando un sudoroso abogado le comunica que es el heredero al trono de Merania, un pequeño país centroeuropeo. «Tu tátara tátara abuelo emigró desde Merania en 1793. Lo dejó todo para casarse con alguien que su familia no aprobaba». Con estas palabras zanjan la compleja cuestión de los derechos sucesorios, pues por todos es sabido que los diminutos países centroeuropeos siempre tienen como heredero al trono a un estadounidense que ignora que por sus venas corre sangre azul. Así, presionado por su hija, el bueno de Hank viaja a Europa para ser investido Rey.

El castillo de Merania.

Al aterrizar en Merania van directos al castillo, porque no hay mucho más que ver allí. El país es una monarquía absoluta en la que existe una especie de parlamento «electo» (según dicen) que ejecuta las órdenes del Rey. A Hank todo eso le suena a chino. Él solo está interesado en volver a su rancho y únicamente accede a quedarse porque le cuentan que si abdicase, el Rey de Angosia, país fronterizo, acabaría con la independencia de Merania absorbiendo el país, algo que no pueden permitir. Como condición, exige construir un rancho con ganado en el jardín trasero del castillo, demostrando así que el puesto de monarca no le viene grande.

Hank en el trono de Merania.

Mientras Hank está atareado con esta importante medida, su hija liga con el Rey de Angosia, que está de visita oficial y que presume de los avances tecnológicos que tiene planeados para su país frente al obsoleto feudalismo de Merania. Kelly está obnubilada con él, se siente un personaje de cuento a su lado, pero también se fija en el mozo de cuadras del castillo, un guaperas que estudió en Oxford y que es más del agrado de Hank.

Kelly bailando con el Rey de Angosia.

Bajo este pretexto, Brolin representa hábilmente el dilema que vive Kelly: abandonar a su padre para ir a  Oxford y prosperar profesional y personalmente o quedarse en el rancho cuidando de caballos y vacas. Casarse con el Rey de Angosia, un refinado gentleman que ambiciona la unión de las dos naciones y su prosperidad y avance tecnológico o irse con el mozo de cuadras y mantener a Merania en la ignorancia y la pobreza.

SPOILER Se queda con el mozo de cuadras, claro. Y su padre, para celebrarlo, monta una barbacoa yanqui en uno de los jardines del castillo, tras abdicar en favor del corrupto parlamento de Merania, convirtiendo el país en una oligarquía tiránica que siempre estará a la sombra de la próspera Angosia.

Puntuación: 2’5/5 bostezos

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