A RECIPE FOR SEDUCTION

En este nefasto 2020, en el que las malas noticias no han dejado de sucederse, lo que la humanidad necesitaba era una peli de tarde sobre el Coronel Sanders, fundador de la cadena de comida rápida KFC. Al menos así lo debió pensar algún creativo de dicha empresa que, alita de pollo en mano, propuso adaptar la vida de tan relevante figura. Porque si Napoleón, Gandhi, Nelson Mandela, Mozart… tienen su película, el tipo que inventó una receta de pollo rebozado también debe tenerla.

Para este ambicioso proyecto cinematográfico de 16 minutos de duración se precisaron de nada más y nada menos que tres directores: los archidesconocidos Eric Eckelman, Armand Prisco y  Natalie Prisco.  Si David O. Selznick contó con Victor Fleming, George Cukor y Sam Wood para el rodaje de «Lo que el viento se llevó», «A recipe for seduction» no podía ser menos.

Todos tenemos presente la imagen del Coronel Sanders, pues su rostro es el logo de KFC: un viejo bonachón de origen irlandés con bigote y perilla blanca. Sin embargo, en este cortometraje de tarde el Coronel es un fornido latino encarnado por Mario López, famoso por ser uno de los protagonistas de «Salvados por la campana», al que caracterizan con unos trozos de pelo de gato blanco pegados en su cara a modo de vello facial.

Mario López, con bigote y perilla falsos, interpreta a un Coronel Sanders ciclado.

El film comienza con una comida en una lujosa mansión. Los comensales son un hombre negro, una mujer asiática, un remilgado pijo blanco, dos mujeres latinas que son madre e hija y algún extra más. Aparentan ser gente adinerada y refinada, pero están comiendo pollo rebozado. El pijo se declara repentinamente a la chica latina, pidiéndole matrimonio, pero ella no acepta, para desgracia de su madre. Hay drama.

Pollo frito en vajilla de porcelana.

Resulta que madre e hija están al borde de la ruina, a pesar de ser las dueñas de esa pedazo de mansión, y el matrimonio con el pijo podría haber supuesto su salvación. Pero el corazón de la muchacha no opina lo mismo, y menos cuando conoce al Coronel Sanders, que es el nuevo chef contratado por su madre. Entre ellos hay una conexión inmediata ya que a ella le excita mucho que él tenga una receta secreta de pollo frito con la que pretende hacerse rico. Como dirían en First Dates, es su prototipo y le gusta que tenga las ideas claras.

Conexión inmediata.

Pero la madre sigue empeñada en que su hija se case con el pijo rico, con el que la muy retorcida está secretamente liada, y comienza a urdir un plan para acabar con el Coronel. De esto se entera el amigo negro homosexual de la hija, que, a poco que hayáis visto alguna peli de tarde, sabréis que, como negro homosexual amigo de la protagonista, será la primera víctima. Es una regla que parecen imponer a los guionistas de sobremesa.

Lo que me mosqueó un poco a estas alturas del corto fue que la asiática que comía con todos los protagonistas en el banquete inicial no volviese a aparecer. Pero mejor para ella, porque así se libró de la muerte, ya que era una firme candidata a fenecer.

La mujer asiática que no habla.

No os puedo concretar muy bien cómo transcurren los acontecimientos a partir de ese momento porque, aunque parezca imposible en un cortometraje, me quedé algo dormido. Pero sé que al final triunfa el amor. Eso sí, el amor rebozado, frito y con ketchup.

Puntuación: 3/5 bostezos.

(Disponible en Youtube)

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