DE ESPALDAS A DIOS (SINISTER MINISTER)

La sinopsis del film De espaldas a Dios es realmente prometedora: «Trish es una madre soltera que vive junto a su hija Siena. Cuando conoce al carismático sacerdote DJ, cae enamorada de él y cree que a su lado podrá llevar la vida familiar feliz y tranquila que siempre ha soñado».

Cierto es que un sacerdote que pincha discos en la iglesia merece, como mínimo, el adjetivo de «carismático». Imaginar a todos los parroquianos rezando a ritmo de techno o de house fue suficiente como para que no dudara un segundo en ponerme la película.

Pero la decepción fue mayúscula cuando me di cuenta de que «DJ» no era su oficio, sino el nombre del religioso, la típica abreviatura que utilizan los yanquis en las pelis de sobremesa: DeJota, JotaJota, CeJota, JotaDé… Decepcionado, a punto de abandonar su visionado, leí, por suerte, el resto de la sinopsis: «Pero lo que Trish no sabe es que DJ es un asesino en serie de esposas y ya la ha escogido como su próxima víctima». Puede que no fuese disc-jockey​, pero un sacerdote asesino en serie bien merece una oportunidad.

Siena, DJ y Trish, los protagonistas de la peli viendo, a su vez, una peli.

El director de la cinta es el veterano maestro del cine-siesta José Montesinos, responsable de títulos tan inquietantes como Pesadilla nupcial o Una visita inesperada, todas ellas del subgénero «psicópatas». Por si eso fuera poco, el título original del film es Sinister Minister. Por lo tanto, cabía esperar que DJ no sería precisamente un hermanito de la caridad.

Pero Trish, una recién divorciada que acaba de mudarse en busca de una vida mejor para su rebelde hija Siena, no parece darse cuenta de que DJ es un auténtico hijo de Satanás. Impresionada por sus grandilocuentes sermones y por lo bien que trata a todos los miembros de su congregación, comienza a sentirse atraída por el sacerdote, que parece corresponderle. Tanto es así, que el presunto siervo del Señor le ofrece un trabajo de administrativa en su iglesia. El problema es que DJ está casado y la bigamia, hasta donde yo sé, no está muy bien vista por Dios.

Repentinamente, la mujer de DJ (que es su segunda mujer, porque la anterior se suicidó), tiene un (in)oportuno accidente, dejando el camino libre al religioso para casarse con Trish, a quien parece no extrañarle nada que el tipo vaya a por su tercera mujer en pocos años. Aún con el cuerpo de la difunta caliente, Trish y DJ se enrollan, y parece que la cosa es amor verdadero porque vemos un plano de ellos besándose y una flor a su lado, elemento que simboliza cosas bonitas.

El beso y la flor, un plano que emocionó a nadie.

Pero DJ (al que todo el metraje llaman Dj, lo que no paraba de darme esperanzas de que se pinchase algún tema), que está más caliente que las velas de su iglesia, también se enamora de la hija de Trish. Y SÍ, la hija también le corresponde. El hombre, al que le hubiese compensado convertirse al islam y hacerse imán para poder arrejuntarse con todas las que le gustan, se las prometía muy felices, hasta que se cruza en su camino el exmarido de Trish, que parece una buena persona, dispuesto a recuperar a su familia, amenazando con echar por tierra sus planes sexuales.

No quiero hacer más spoilers, que ya llevo bastantes, pero diré que, a partir de ese momento, DJ comienza a tomar absurdas y diabólicas decisiones y que Trish se entera de que es malo porque encuentra en el ordenador del párroco unas carpetas con el nombre «IMPORTANTE» y «PRIVADO», un grave error por parte de DJ, que solo podría haberlo hecho peor si las hubiese nombrado «TRISH, NO LO ABRAS. ESTOS ARCHIVOS CONTIENEN TODOS LOS DATOS SOBRE MI PLAN MALIGNO PARA BENEFICIARME A TU HIJA. AMÉN».

«Important» y «Private», las únicas carpetas que hay en el ordenador del discreto párroco.

Siendo hoy Domingo de Resurrección, creo que fue un acierto haber visto (y dormido un poco) esta película, porque por lo menos había un sacerdote. Aún así, si tenéis que escoger un film del subgénero «Semana Santa», mejor que sea Ben-Hur.

Puntuación: 2/5 bostezos

Deja una respuesta