
LOS SECRETOS MÁS OSCUROS DE MI MADRE
Curtis Crawford tiene un problema. El que es uno de los directores más famosos del cine-siesta, con decenas de títulos de sobremesa a sus espaldas, sufre un complejo de Edipo muy acusado. No necesito ser psicoanalista para diagnosticarlo, me basta revisar su filmografía: El secreto de mi familia (2010), El secreto de mi madre (2011), Mi padre debe morir (2014), Una madre robada (2017), Los secretos de mi madre (2017), La doble personalidad de mi madre (2019), Los secretos más oscuros de mi madre (2019)… Curtis, estás bien?
Los que hayáis leído el dossier del subgénero “cosas chungas a los 17” sabréis que Crawford también tiene fijación por hacer películas sobre adolescentes en peligro, pero su obsesión por los secretos y las madres va mucho más allá.
En mi condición de estudioso de las pelis de tarde, siempre dispuesto a documentar todo lo relacionado con este género cinematográfico vespertino, decidí ver Los secretos más oscuros de mi madre, el nivel más alto de secretos y oscuridad de la saga, para sumergirme de lleno en el tenebroso universo materno de Crawford. Espero que sepáis apreciar mi sacrificio.

En el film, Ashley, una chica adoptada, realiza una serie de averiguaciones para descubrir la identidad de su madre biológica. Es de primero de peli de tarde de psicópatas saber que eso nunca acaba bien, pero Ashley no debe ver mucho Antena3 los fines de semana. El caso es que su progenitora, Sarah, resulta ser una mujer casada con un próspero hombre de negocios, con una hijastra y una casa gigante. El reencuentro madre-hija está lleno de emoción, aunque cuando la señora se la presenta a su marido e hijastra, la cosa se pone tensa.

A Ashley poco le dura la alegría, porque esa misma noche el marido de su recién descubierta madre biológica aparece muerto por apuñalamiento, y la principal sospechosa es Sarah, que resulta que no está muy bien de la azotea. Ante esta situación, Ashley se ve obligada a ejercer de detective para probar la inocencia de su madre, la muy ingenua. Debo reconocer que no sé cómo termina, porque me quedé dormido con Sarah en la cárcel. Este ataque de sueño me impidió obtener conclusiones certeras sobre la situación mental de Curtis Crawford. Lo único que puedo garantizar es que sus traumas proporcionan las mejores siestas.
Puntuación: 2/5 bostezos
